El lector insuperable*
Por Alejandro Vaccaro
Borges es un lector insuperable, quizá el lector más importante de la historia de la humanidad. Como escritor sin duda está en los cánones. Hablar de los más grandes escritores es incluir necesariamente a Borges, pero como lector creo que era insuperable en calidad y en cantidad, porque la lectura es proporcional al tiempo que se le dedica. Cuando hacía reseñas de libros para la revista El Hogar a fines de los años ’30 decía: “ayer entre las tres menos cuarto de la tarde y las nueve de la noche acometí la lectura de las 480 páginas del María de Jorge Isaacs”. O sea que se sentaba a esa hora y hasta que no terminaba el libro no se levantaba. Eso es admirable y lo hacía con frecuencia.
*Entrevista publicada en 2023.
Textos nunca cerrados*
Por Daniel Balderston
Borges nunca consideraba que sus textos estaban cerrados; seguía corrigiendo y corrigiendo aún sobre los textos publicados. A veces para futuras publicaciones y a veces para sí mismo. El caso más interesante de eso es la versión que encontraron en la Biblioteca Nacional de “La lotería en Babilonia”, donde él toma un ejemplar de “Sur”, cambia el título a “El babilónico azar”, hace centenares de cambios y esos cambios no pasan a ninguna versión publicada. Es decir que hay una especie de libertad con respecto a la idea del texto en proceso, del texto inacabado. Y eso forma parte de su poética.
*Entrevista publicada en 2022.
En Venecia*
Por Abel Posse
Era tan fuerte la personalidad de Borges que su ceguera no parecía tormentosos nubarrones que se aproximaban. Bogamos por el Canal Grande y después entramos por los pequeños canales de Cannareggio. En un momento, la tormenta se desencadenó y tuvimos que capearla bajo un puente de piedra con el gondolero que aguantaba la barca tomado del arco del puente. Se oyó un fuerte trueno y Borges se puso a recitar con su voz sorda, personalísima, de sílabas escandidas, los versos del Salmo Pluvial de su maestro Lugones: “Erase una caverna de agua sombría el cielo / El trueno, a la distancia, rodaba su peñón...”.
*Publicado en 2002.
La crítica*
Por Luis Chitarroni
La crítica es esencial, y a menudo tengo que interrumpir una pesquisa para atenuar la operación con la amenidad del relato (aunque éste a menudo no lo sea). Creo que todo está cifrado en uno de los cuentos ocultos, insospechados de la literatura argentina: Los traductores de las mil y una noches, en Historia de la eternidad, de Borges.
*Publicado en 2012.
Un niño que jugaba*
Por Roberto Alifano
No era un hombre que imponía sus ideas, sino que cumplía con aquello que decía Stevenson: “el arte es un juego que debemos jugar con la seriedad con la que juegan los niños”. Y Borges era como un niño que jugaba con las palabras. Yo no recuerdo a un Borges con mal carácter o enojado. Era un hombre que trabajaba con una gran felicidad.
*Publicado en 2011.
Atlas*
Por Carmen Perilli
Borges trata de salvar la distancia entre sus lectores argentinos y la biblioteca, convierte a sus textos en máquinas de traducir. Afirma “la cultura occidental es impura en la medida en que es sólo a medias occidental ya que proviene tanto de Grecia como de Israel”. Traduce los imaginarios imperiales -desde la época helenística hasta Inglaterra- y reescribe los imaginarios criollos de estas orillas, como dice Beatriz Sarlo. Emplea enciclopedias, atlas, manuales, diccionarios en los que espacios y tiempos obedecen a un curioso orden. Así la existencia de Tlön es el resultado de las cuatro páginas de la enciclopedia de Bioy. En realidad, la cultura es la producción de objetos ideales -los hrönir- que no se diferencian de los objetos reales. Las tensiones se resuelven en un atlas de escritura, que incluye los fervores de Buenos Aires y “la vasta red que tejen las arañas del mundo”.
*2019.
Una literatura, más que un escritor*
Por Enrico Santí
Borges es, como dijo el propio Borges acerca de Quevedo, una literatura más que un escritor o una obra. No solamente es el punto más alto de la literatura latinoamericana sino una de las grandes voces del legado espiritual que nos da el arte en general. Borges ha sido el gran maestro de las letras hispanoamericanas, aún cuando también habría que decir que ha sido un maestro paradójico. Porque si hay alguien que ha denostado la novela, género emblemático de Latinoamérica, ha sido Borges. Se negó a escribir una novela. Dicen que cuando se enteró que García Márquez recibió el Nobel preguntó: “¿Es ese es el autor de una novela que dura cien años?” Criticaba la redundancia estilística, el sentimentalismo, el psicologismo y la duración que suele contener el género.
Borges, por otro lado, fue un hombre de una gran sensibilidad, un hombre que sufrió enormemente. Cuando se leen las últimas biografías de Borges, por ejemplo la gran biografía de Edwin Williamson, ahí uno se da cuenta de que conoció muy tarde el amor y que siempre lo estuvo buscando.
*2011